Algo más...

 Han pasado casi 16 años desde que inicié la carrera de Arte, al inicio, no sabía que hacer, estudié ensamblaje de computadoras, secretariado,  cocina, manualidades, tarjetería, confección de peluches, manicure, modas y una infinidad de cosas que no recuerdo. Un día apareció en la pizarra de la asociación de artesanos de Trujillo, el curso de dibujo y pintura...tenía 21 años, estaba casada y con un hijo, cuando descubrí mi vocación, estudié un par de años e ingresé a la Escuela de Bellas Artes Macedonio de La Torre, donde estudié tres años, queriendo y no , terminé tercero, en la escuela nunca encontré lo que buscaba, sabía pintar y dibujar ¿y que? ¿eso era ser artista? mi experiencia con diferentes actividades manuales y teóricas me decían que no. La escuela me anulaba completamente, esa manía  de los profesores por querer enseñarnos las cosas a su manera, no dejarnos investigar y crear, la carencia teórica, la mediocridad de querer figurar, querer ser, sin ser, querer recibir sin dar  y el caos total en el que se encontraba la escuela por la lucha de poderes, era intolerable.
 Lejos de ese espacio, en mi taller ficticio (mi sala, comedor, dormitorio, etc.)  unía elementos, me nutría de libros, investigaba; mi espacio más que taller parecía un laboratorio, con cada hallazgo, sentía una especie de orgasmo, si  resultaba algo de ese experimento, le buscaba el lado estético y si no resultaba, lo tiraba o lo reinventaba. Esa búsqueda, ese encuentro conmigo misma, era algo que jamás encontraría en aquellas cuatro paredes del "gallinero" como le llamábamos a nuestra aula.
Me fuí, para no volver, hace tiempo que no me dejan entrar en la escuela, un día me dijeron "personas ajenas a este recinto no pueden ingresar" . Hoy en día represento a mi "escuela" y a mi ciudad, estoy orgullosa por ello, lo gracioso es que yo soy la única que está feliz y orgullosa por ello.

Me encanta crear, crear música, crear sabores, crear historias, crear medios, crear objetos, crear maneras, crear métodos, crear, crear y crear.....tengo toda una vida deconstruyendo para poder construir, al principio mi madre se quejaba de esta pasión mía, me decía "eres como un huracán, por donde pasas no dejas rastro de lo que fué", hoy en día entiende que necesitaba  tener esa experiencia creativa, hoy comprende que lo que me movía era querer saber más, querer indagar más, querer avanzar más, querer ver más allá de lo que mis ojos veían, más de lo que la rázón me indicaba, pués mi intuición  no se equivocaba,  realmente el arte no era lo que estaba en la escuela, si no  todo lo que está fuera de ella y dentro de nosotros.